jueves, 3 de julio de 2014

LOS IMPLANTES Y SUS INCONVENIENTES

La verdad es que la implantología dental ha tenido una expansión espectacular durante los últimos años y se ha vuelto un tratamiento cada vez más frecuente y accesible para todos los pacientes.

El objetivo de los implantes es reponer una o varias piezas. El implante se comporta como una raíz artificial, y por tanto va insertado dentro del hueso. Una vez colocado, debe esperarse un periodo de tiempo comprendido estre los 3 y 6 meses según el caso, que es el tiempo que tarda el implante en integrarse (unirse con el hueso adyacente íntimamente de forma muy fuerte) tras lo cual posteriormente se rehabilita con la prótesis correspondiente.



Varias de las preocupaciones asociadas a los implantes serán tratadas en este blog, que probablemente realice en dos o tres entradas.

Intetaremos ahora aclarar algunos equívocos o ideas erróneas que tienen los pacientes sobre los implantes, que básicamente se resumen en tres grandes suposiciones que, inexplicablemente, muchísimos pacientes han aceptado como verdades absolutas quizás debido a esa "sabiduría popular" que yo más bien llamaría "ignorancia popular":

- Los implantes son de por vida no les pasa nunca nada y una vez colocados "me olvido".
- Los implantes se pueden "rechazar"
- Los implantes se tienen que poner rápido y cargar con un diente pronto. ¿¿Por qué se tarda tanto??


- Como todo tratamiento es necesario aclarar, una vez más, que nada es para siempre. Los implantes pueden llegar a durar toda la vida, pero siempre sobre una serie de premisas o condiciones previas. Y aun así, tampoco tienen por qué durar necesariamente siempre. En algunas discutibles promociones publicitarias de clínicas dentales se ha vendido MUY erróneamente este concepto como arma de márketing. Es una claro error. Aunque la implantología puede llegar a ser uno de los tratamientos más duraderos, no están exentos de problemas y pueden perderse implantes prematuramente o varios años más tarde, dependiendo del caso.

Los implantes no están exentos de patologías. Pueden adolocer de problemas periodontales y pérdida de hueso al igual que los dientes, y por tanto sufrir de periodontitis aunque en el caso de los implantes se denomina periimplantitis. La pérdida ósea progresiva del hueso que rodea al implante puede provocar que éste pierda gran parte del soporte y se acabe perdiendo con el tiempo. También puede deberse a infecciones posteriores, que provoque abscesos que acaben provocando igualmente una pérdida de hueso que con el tiempo pongan en serio compromiso la estabilidad del implante.
La mayoría de estos problemas estan causados en la inmensa mayoría de los casos por un mal mantenimiento. Muchos pacientes pierden sus piezas dentales debido a una malísima higiene y falta de controles periódicos. Esto implica un importante cambio de mentalidad, ya que si esa misma mala higiene y falta de cuidado se traslada también a los implantes, se acabará provocando una pérdida de éstos.

La mala higiene supone un riesgo para los implantes
En realidad, cualquier tratamiento protésico debe ser cuidado y mantenido de forma más escrupulosa que las piezas dentales propias. Todo lo artificial retiene más alimentos y es más susceptible de provocar problemas. La higiente debe ser muy buena y se debe acudir a controles periódicos con frecuencia. Contrariamente a lo que pueda pensarse, ponerse un implante es un compromiso importante a largo plazo. En ningún caso implica que no debo cuidarlos ni acudir al dentista nunca más. Es un gran error que acabará provocando el desastre. Por desgracia es demasiado común y el problema es que ello recae posteriormente en nosotros como los reponsables de lo ocurrido.

- El concepto de "rechazo" como tal no existe en implantología. El organismo no "rechaza" los implantes como si quisiera eliminarlos del cuerpo. El titanio, que es el material del que están fabricados, es totalmente biocompatible, al igual que las prótesis de cadera, de rodilla, o los tornillos de osteosíntesis en las fracturas óseas por poner algunos ejemplos. No debe confundirse tampoco con la alergia a alguna de las aleaciones metálicas, resinas o cerámica que conforman la prótesis que se atornilla posteriormente. No existe la alergia al titanio.
Implante no osteointegrado retirado manualmente

 Lo que comúmente se conoce como rechazo es en realidad la falta de osteointegración, es decir, el implante no se une con el hueso adyacente, sino que forma una capa de tejido fibroso a su alrededor que provoca que tenga movilidad. Un implante con movilidad se considera que ha fracasado porque en vez de osteointegrarse se ha fibrointegrado. Un implante fibrointegrado y con movilidad no puede cargarse con una prótesis porque se provocaría su pérdida, además de que éste puede provocar dolor al aplicar cualquier tipo de tensión sobre él.
El porcetaje de implantes con este problema es muy bajo, en torno al 5%. Sin embargo los pacientes mencionan el rechazo con sorprendente frecuencia pese a ser algo poco común. Esta palabra se ha extendido como pólvora popularmente y ha provocado una falsa sensación de que los implantes "se rechazan mucho" y suele ser un comentario frecuente en las primeras visitas. Incluso se utiliza esta palabra de forma generalizada para referirse a implantes perdidos sin importar el momento ni la causa.

En otro ámbito nos encontraríamos implantes que no se osteointegran debido a causas concretas y circunstanciales de cada paciente. El fracaso temprano de los implantes antes de ser cargados con prótesis puede deberse a múltiples causas, entre las que se encuentran,  por mencionar algunas:

              - Mala calidad de la densidad del hueso donde está insertado y mala estabilidad primaria.
              - Hueso estrecho y/o con poca altura, que provoque mala estabilidad primaria.

En ese caso el hueso era estrecho y los implantes han quedado comprometidos



              - Infecciones postoperatorias.
              - Falta de integración o infección de injertos óseos asociados a implantes que provoquen a
                su vez la pérdida de éstos (fracasos de injertos en bloque, injertos de hueso particulado,
                elevaciones de seno, etc).
              - Problema médico del paciente (patología sistémica o medicación asociada que ponga en
                compromiso la osteointegración).
              - Causas tóxicas. El tabaco y otras drogas aumentan de forma alarmante el riesgo de no
                osteointegración.

La pérdida tardía de los implantes puede deberse a las patologías que pueden afectarle, comentadas en el anterior punto. Sin embargo, es necesario matizar que si un implante una vez cargado se pierde en un periodo de tiempo reliativamente corto, puede ser debido a que el implante estaba parcialmente oseointegrado. En ocasiones, los implantes no se oseointegran completamente, por lo que parte de ellos está oseintegrado y la otra fibrointegrado. La carga protésica acelera la perdida ósea del poco hueso que retenía el implante en estos casos y se acaba perdiendo rápidamente de forma sorpresiva, lo que supone perder implante y prótesis a la vez.

Siempre es posible colocar un segundo implante siempre y cuando el hueso remanente sea suficiente y esté en un buen estado como para repetir el procedimiento.

Otro tema, que poco tiene que ver con esto, es la necesidad de retirar un implante correctamente oseointegrado por otras razones. Un implante integrado que debe retirarse implica una importante agresión al hueso ya que es necesario retirar el implante prácticamente en bloque, eliminado también parte del hueso que lo rodea. Entre las razones para retirar un implante que está bien integrado principalmente podríamos comentar tres:
                   
                - Implante correctamente integrado pero colocado en una posición que hace imposible
                 rehabilitarlo correctamente con una prótesis o ésta no va a tener una buena funcionalidad
                 o va a ser estéticamente desfavorable.

                                         
Implante colocado demasiado "arriba"


                - Fracturas de tornillos protésicos dentro del implante. En ocasiones puede romperse el
                 tornillo que une la prótesis con el implante y éste queda fracturado en el interior del
                 implante. Hay técnicas para retirarlo, pero en algunos casos más extremos la solución
                 final es retirar el implante y colocar otro.

                - Implantes colocados en posiciones que pongan en compromiso determinadas estructuras
                  anatómicas (dientes, nervios, etc).
        
                - En casos muy raros, la fractura del propio implante por razones biomecánicas (fuerzas
                  excesivas y/o prótesis mal confeccionada ) obliga a retirarlo.
     
La fractura del propio implante es rara, pero ocurre.

- Los pacientes no son pacientes. Más bien impacientes. Los tratamientos implantológicos pueden alargarse durante muchos meses debido a diferentes circunstancias. De entrada, debemos recordar una vez más que el tiempo de espera para la oseointegración del implante puede variar en función de
diferentes factores:

                - Si el implante se coloca sobre hueso limpio y sin necesidad de injertos, la espera suele
                  ser de unos tres meses, dos meses y medio como mínimo.

               - Si hay extracciones dentales previas, hay que esperar dos meses aproximadamente a la
                 cicatrazación para posteriormente colocar el implante en esa misma zona. Los llamados
                 "implantes inmediatos"  que se colocan en la misma sesión tras la extracción son
                 posibles pero no en todos los casos, y pueden suponer un riesgo adicional de fracaso.
                 Los implantes inmediatos no siempre se pueden colocar debido a razones relacionadas con
                 la forma del hueso existente tras extraer y si se puede conseguir la estabilidad del implante
                 en esa zona. Eso sí, deben estar descartados si lo que se extrae es una pieza con infección
                 asociada.
       
              - Si las extracciones dentales tenían problemas de infecciones asociadas o lesiones quísticas
                 la espera puede ser superior, antes de poder colocar los implantes.

              - Los implantes que se han colocado junto con injertos óseos de diferentes tipos suelen
                necesitar mayor tiempo de oseointegración, generalmente de 4 a 6 meses.

              - En los implantes colocados sobre hueso de mala calidad es preferible esperar un poco más
                respecto a los colocados sobre hueso duro de buena calidad.

              - En los casos en los que es necesario usar un injerto óseo pero no sea recomendable poner
                un implante en el mismo momento, estaremos obligados a esperar la oseointegración del
                injerto de hueso y posteriormente colocar el implante, lo que implica dos esperas de
                oseointegración.

Si se suman varias de estas circunstancias, un tratamiento de implantes puede llegar alargarse hasta casi un año. Podemos entender que el proceso se eternice y los pacientes se desesperen, pero es necesario recordar algo clave: cargar un implante antes de tiempo puede implicar su pérdida. Por lo que debemos ser estrictos con esto, por mucho que se alargue el proceso.

Está muy de moda lo que llaman "implantes y dientes en una sola sesión". Las llamadas prótesis de carga inmediata se basan en atornillar una prótesis por lo general provisional sobre los implantes recién colocados sin tiempos de espera. Esta técnica es arriesgada y sólo se puede realizar en casos muy concretos. Digamos que a nivel de márketing se menciona como una ventaja a la que cualquier paciente puede acceder cuando en realidad los requisitos para poder hacer una carga inmediata son muy concretos. El hueso debe ser de una calidad y densidad excepcional y el implante o implantes deben ser de una buena longitud y tener una estabilidad perfecta. Aun así, es una técnica arriesgada.

No debe confundirse nunca las prótesis de carga inmediata con las "prótesis inmediatas" a secas. Éstas ultimas son únicamente prótesis provisionales que no van atornilladas sobre los implantes que tienen como objetivo permitir que el paciente tenga cierta funcionalidad y estética. Se colocan sobre la encía después de las extracciones y en la misma sesión y debe de irse adaptando a medida que cicatrizan los tejidos. Después, tras colocar los implantes, debe volverse a adaptar de nuevo.
Por lo general, estas prótesis suelen tener mala adaptación y muerden mal con frecuencia, debido a que se confeccionan en ocasiones casi directamente sin pruebas previas.

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